Esta semana, en la que el mundo conmemora la vida y obra de Martin Luther King, uno de los grandes liberadores de nuestra historia reciente y representante de luchas a las que hoy le apostamos para la reconciliación, debemos encaminarnos en encontrar las maneras que nos permitan alcanzar estos objetivos.
Su aporte a la resignificación de los pueblos afro en América y la proyección de las sociedades construidas, en su mayoría por esta comunidad, permitió abrir caminos hacia un futuro renovado y multicultural que debemos seguir implementando.
Hay una premisa inquebrantable. Cualquier intensión de cambio deberá estar acompañada de acciones que busquen consolidar la paz total, y en Cali no habrá mejor forma de transformar la ciudad que transitando también este camino.
Los distintos problemas que ha sufrido nuestra bella ciudad en los últimos años, la brecha social tan marcada y la desconfianza que han generado las recientes administraciones han dejado en el último eslabón la intención de encontrar la paz.
Pensar en que la reconstrucción social de la ciudad es una tarea de otros, es un error, pues el primer paso para esa reconstrucción hay que darlo en la casa. Ya lo decía Martin Luther King: “El final de nuestras vidas comienza el día en que nos volvemos silenciosos sobre las cosas que nos importan”.
Es por esto que los pequeños actos en nuestro hogar, en nuestro barrio o comuna serán claves para poder avanzar en el cambio que desde el gobierno nacional y, por mandato popular, buscan implementarse. Hoy, “tengo un sueño”.
Hay que continuar el legado de Luther King hasta que la paz habite en nuestros territorios, para que la de aquellos que nos soñamos una Cali distinta, sea escuchada, valorada, pero, especialmente, interiorizada en cada hogar, porque estamos convencidos que a través del amor se alivianará la distancia que hoy nos separa.
Quienes hoy soñamos con liderar la transformación de la ciudad que nos vio nacer y crecer y nos brindó verdaderas oportunidades, sabemos que en su reinvención y los anhelos de paz están enmarcados en acciones que nos llenen de luz y que humanice nuestro diario vivir.
La paz en la ciudad se consolidará con orden, transparencia y honestidad. Cali necesita más que grandes acciones, necesita pequeños cambios que le permitan a los ciudadanos recuperar el amor y el sentido de pertenencia, obligando a que se distancien de aquella anarquía en la que nos montamos y que, la cultura ciudadana nos permita vivir como hermanos. Es así como Martin Luther King nos enseñó a luchar.
Yo, también tengo un sueño. El sueño de ver a mi Cali bella a la vanguardia de las grandes ciudades del mundo, convirtiéndonos en el mejor vividero de América Latina. VAMOS CALI.
Adelante en la desafiante tarea de recuperar nuestra ciudad, avancemos en el desarrollo económico q permite los proyectos sociales y de seguridad que tanta falta hacen. ADELANTE!