Los gobiernos populares no solamente se eligen para ampliar las políticas de impacto humanitario, también para redireccionar las políticas que impacten la recuperación de los ecosistemas y el medio ambiente.
No es fácil. Resarcir el daño que se ha hecho al planeta por décadas y décadas, a través del uso incorrecto de los recursos naturales y el impacto de distintas revoluciones industriales es una tarea que muchos ven como imposible, pero que, con la llegada de gobiernos progresistas, empiezan a vislumbrarse caminos que parecen dar un respiro a los pulmones ecológicos, especialmente, en nuestra Amazonía.
El discurso del presidente Gustavo Petro, en Egipto, en medio del COP27, en donde habla de la crisis climática y “el riesgo de persistir la vida en el planeta y la existencia humana”, nos tiene que poner a reflexionar sobre qué estamos haciendo para salvar la tierra y nuestros recursos.
Si vemos los datos que se conocieron en los últimos días, el 50 % de la deforestación en Colombia en el 2022, se generó en la Amazonía, la tierra más verde que tenemos en nuestra región y que ha alcanzado a acabar con cerca de 174 mil hectáreas de bosque, algo similar a 280 mil campos de fútbol, una cifra realmente inaudita.
Inaudito cuando nos hemos caracterizado por ser el segundo país más biodiverso del mundo, con una flora y una fauna que nos ha catapultado como un destino turístico, ecológico y ambiental para muchas personas en el y que, hoy, empieza a verse fuertemente golpeado por la extracción indebida de los recursos para favorecer a muy pocos, quizá, a los mismos de siempre.
Es por esto, que, repito, la llegada de gobiernos independientes, con visiones futuristas, nos puede dar una luz para reexaminar lo que hoy hacemos para salvar esta región y muchas otras, fuertemente golpeadas por el cambio climático. La llegada al poder, nuevamente, de Lula Da Silva, en Brasil, es quizá también un aliciente para dar cumplimiento al decálogo propuesto por el gobierno colombiano y, ahora sí, se busque unas acciones conjuntas y articuladas entre países que permita promover políticas que salven la tierra.
Salvar la tierra es un compromiso de todos, así como lo indica el decálogo propuesto por el presidente Petro y que también está registrado en el decálogo del movimiento Independientes, al cual pertenezco, y donde aseguramos que nuestro compromiso con los ciudadanos es aportar para ayudar a detener la inmediata destrucción de los ecosistemas y el medio ambiente.
Me quedo al final con la frase de Margared Mead, antropóloga y poeta estadounidense, quien hace más de 100 años dijo algo que hoy parece seguir siendo ignorado, pero que estamos dispuestos a escuchar: “No tendremos una sociedad, si destruimos el medio ambiente” y estoy seguro que de que en nuestro país hoy somos más los que queremos seguir viviendo sabroso. Vamos.