
En cada febrero, el mundo celebra el Día Internacional de los Humedales, una fecha clave para reconocer el valor de estos ecosistemas en la biodiversidad y el equilibrio ambiental. Desde la firma de la Convención de Ramsar en 1971, la protección de los humedales sigue siendo un desafío global, especialmente en ciudades como Cali, donde cumplen un papel fundamental en la regulación del agua y el clima.
Los humedales, situados en la intersección entre el agua y la tierra, brindan servicios esenciales como la purificación del agua, la regulación térmica y la prevención de inundaciones. Sin embargo, la urbanización descontrolada y la contaminación los amenazan gravemente. A medida que la ciudad crece, la presión sobre estos ecosistemas aumenta, poniendo en riesgo su capacidad de mitigar los efectos del cambio climático y garantizar recursos hídricos sostenibles.
Nuestra ciudad de Cali alberga 61 humedales, entre ellos La Babilla, Charco Azul y la Ciénaga de los Pescadores, que desempeñan un papel clave en la regulación hídrica. Actúan como esponjas naturales, absorbiendo el agua en temporadas lluviosas y liberándola gradualmente en épocas de sequía. A pesar de los esfuerzos de restauración, realizados por las autoridades ambientales como el Dagma y CVC, muchos de estos enfrentan contaminación por residuos sólidos y aguas residuales por parte de los ciudadanos, además de la reducción de su tamaño por construcciones ilegales.
Proteger estos ecosistemas no es solo una cuestión ambiental, sino también social y económica. Los humedales ofrecen espacios de recreación, mejoran la calidad del aire y protegen a la ciudad de desastres naturales. La falta de control sobre el crecimiento urbano y el mal manejo de desechos amenazan con degradarlos irreversiblemente. Frenar su deterioro requiere un compromiso conjunto entre las autoridades y la ciudadanía.
Es urgente fortalecer las políticas públicas para su conservación y restauración, impulsando proyectos sostenibles y promoviendo la educación ambiental. La conciencia ciudadana es clave: si la comunidad entiende el valor de los humedales y se involucra en su protección, será posible garantizar su permanencia. Las iniciativas locales deben contar con apoyo institucional y espacios de participación activa para que la conservación no dependa solo de esfuerzos aislados.
El Día Internacional de los Humedales nos recuerda que aún estamos a tiempo de actuar. Cali tiene el potencial de convertirse en un modelo de ciudad sostenible, donde la naturaleza y el desarrollo convivan en equilibrio. Si protegemos nuestros humedales, estaremos asegurando agua limpia, aire puro y un entorno más saludable para las futuras generaciones.
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