La llegada de la COP16 a Cali trae consigo enormes retos logísticos, uno de los cuales es la preparación del personal que estará a cargo de la organización. No se trata solo de recibir a los principales actores en la discusión sobre el cambio climático, sino de garantizar que nuestros jóvenes estén preparados para aprovechar esta oportunidad. Aquí surge una pregunta clave: ¿cuántos de nuestros jóvenes pueden comunicarse en inglés y responder a las demandas de un evento internacional de esta magnitud?
Las cifras son alarmantes. Según las pruebas Saber Pro de 2023, el nivel de inglés de los jóvenes caleños está por debajo de lo básico, con 90 de cada 100 estudiantes alcanzando el nivel A1 o inferior, y solo uno llegando al nivel B+. Esto revela una preocupante incapacidad para enfrentar las exigencias de un mundo laboral cada vez más globalizado. ¿Cómo podremos entonces, en el corto plazo, enfrentar los desafíos de un evento como la COP16?
La situación se agrava al analizar la reducción en la matrícula escolar en 2023. Con 8.800 estudiantes menos que el año anterior, la deserción escolar es un claro obstáculo en la formación de una fuerza laboral bilingüe. Y lo que es peor, esta realidad refleja profundas desigualdades: el acceso a materiales educativos, tecnología y docentes capacitados en inglés sigue siendo limitado, especialmente en las zonas más vulnerables.
Si bien existen esfuerzos como el Parque Tecnológico San Fernando, que busca impulsar la internacionalización en la ciudad, aún falta una mayor integración en los barrios a través de distritos de innovación. Estos deberían ser un puente entre las comunidades y las oportunidades de formación, llevando las herramientas educativas directamente a las comunas y generando oportunidades desde la base.
Es fundamental que la colaboración entre el sector privado, público, las universidades y la comunidad (la llamada cuádruple hélice) sea efectiva. Solo así podremos crear dinámicas que aseguren una educación de calidad para nuestros jóvenes, preparándolos no solo para la COP16, sino para cualquier desafío global.
Cali tiene el potencial de ser un centro de grandes eventos internacionales, pero sin una educación que forme a nuestros jóvenes en habilidades clave como el inglés, estaremos desaprovechando oportunidades valiosas para su futuro y el de la ciudad.
Deja una respuesta