Una de las ventajas que me ha permitido caminar mi ciudad por estos días es encontrarme con muchos y muchas jóvenes con múltiples talentos artísticos y culturales que quieren aportarle a la ciudad. En los barrios me he encontrado pelaos que desde pequeños llevan en la sangre la salsa y sueñan con viajar por el mundo llevando el ritmo caleño a los mejores escenarios. Jóvenes que con su arte buscan ganarse cupos en los museos más importantes. Cali está llena de talentos, muchos de ellos, sin las mejores ventanas.
No tengo la menor duda al indicar que mi ciudad ha crecido culturalmente. Hoy vivimos en una que lleva impregnado su nombre: DISTRITO CULTURAL Y TURÍSTICO. Cada día nos hacemos más expertos en la ejecución de grandes proyectos, que tienen todo el potencial de grandes eventos, pero que estoy convencido, se quedan cortos en espacio.
Las cifras lo avalan. La pasada Feria de Cali recibió a más de un millón de asistentes. El Petronio Álvarez, quizá el evento más grande de la ciudad, después de la Feria, tuvo la visita de más de 235 mil personas. Los caleños sabemos responder a los actos culturales, pero estos no cuentan con un espacio digno para su realización.
Nuestra ciudad cuenta hoy con más de 20 eventos o festivales culturales que, mes a mes, se encargan de dinamizar la economía. Las recientes cifras del Dane lo demuestran. La menor tasa de desempleo del país (9.8%) es una muestra de que la cultura de la ciudad permite encontrar beneficios no solo para quienes lo practican, si no, para un círculo social sobre los que ellos se movilizan.
La labor del exsecretario de Cultura Ronald Mayorga, le dio un nuevo respiro a la ciudad después de una época de pandemia que afectó al gremio y que, bajo su labor, logró levantarse y poner los tradicionales y grandes eventos de ciudad al servicio de los caleños, promoviendo nuevos espacios como los del Sucursal Fest. Verdaderos espacios de inclusión.
Sin embargo, la ejecución de estos eventos terminan, de cierta manera, afectando espacios. Por ejemplo; alquilar el estadio para un gran concierto anula las actividades deportivas o daña la gramilla, la ejecución de la Ciudadela Petronio perjudica la estabilidad de sus vecinos en El Lido, debido al impacto auditivo. Finalmente, ninguno de esos está preparado y listo para recibir la cultural y la música en la ciudad.
Cali está lista en sus movimientos culturales para internacionalizar sus raíces. Pero, ¿Dónde se hacen? O mejor, preguntémonos ¿Cuál es el mejor escenario de la ciudad para que, en un mismo espacio, puedan encontrarse múltiples expresiones?. Todos los años tenemos las mismas preguntas. No tener los escenarios idóneos para esto provoca que no los tengamos con mayor intensidad, lo que a la final repercute en que los grandes artistas no miren la ciudad y se queden en Bogotá o en Medellín.
Cada año entramos en la misma discusión: ¿Dónde hacemos el Petronio, por dónde pasamos el Salsódromo, dónde nos llevamos el Festival Mundial de Salsa?
Es sencillo. Nuestra Cali necesita de un COMPLEJO CULTURAL, MUSICAL Y ARTÍSTICO que reúna a los mejores exponentes todo el año, y digo convencido, no es descabellado pensarlo. Un escenario exclusivo para la cultura que siga fortaleciendo los emprendimientos de estas expresiones, pero no por un periodo mínimo de tiempo, si no, todo el año.
Y si a eso les sumamos la presencia de grandes artistas internacionales, que pongan dentro de sus agendas el arribo a nuestra ciudad como un objetivo aspiracional en su carrera, estoy seguro que continuamos abriéndole camino a esos jóvenes que, en sus barrios, sueñan con vivir de la industria por el mundo. Cali está lista para el siguiente paso.¡Vamos Cali!
Así es deninson aquí lo que se necesita es un gobernante que piense en grande para la ciudad y necesitamos con urgencia un escenario multieventos como el Movistar arena en Bogotá